La subdirectora de Escuela FEF, María Redondo, ha publicado un interesante artículo de opinión en la revista ‘Análisis Financiero’ del Instituto Español de Analistas titulado ‘Vuelta al cole ¿otra vez?’, que reproducimos íntegro a continuación.
Septiembre es el mes de ‘La vuelta al cole’. Los comercios, los medios de comunicación, las redes sociales… todo se llena de anuncios y mensajes estos días que nos recuerdan que es hora de guardar sombrillas y colchonetas y de que los pequeños de la casa vuelvan a la rutina de las aulas para convertirse en personas adultas de provecho.
Pero la ‘vuelta al cole’ ¿es sólo un mensaje para niños y adolescentes? En el Instituto Español de Analistas sabemos que la formación continua es una necesidad inherente a nuestra profesión. Desde los primeros años de nuestra historia como Instituto, cuando las memorias de las compañías eran poco más que un puñado de folios grapados a un balance (ni siquiera había cuenta de resultados) o los fondos de inversión eran aún desconocidos para los inversores, hasta llegar a nuestro sistema financiero actual, ha habido tantos cambios que, quien no estuviera continuamente leyendo, estudiando o investigando no podía progresar, o incluso mantenerse, en su carrera profesional. No es casualidad que el primer presidente del Instituto, D. Rafael Termes Carreró, fuera también el primer profesor de finanzas de nuestro país y un apasionado de la formación. D. Rafael sabía que, para poder cambiar el sistema financiero de entonces, necesitaba profesionales bien preparados y eso sólo se consigue con una buena formación.
Si avanzamos de golpe hasta nuestros días, a punto de cumplirse el primer cuarto del siglo XXI, los analistas (y los profesionales de las finanzas en general) se enfrentan a nuevos retos que eran inimaginables en los, ya lejanos, años 80 o 90. Un claro ejemplo son las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad, que hoy en día afectan a todas los ámbitos de nuestra vida diaria (desde el reciclaje de residuos en casa, las discusiones sobre placas solares en nuestras reuniones de vecinos o los millones de euros de los presupuestos europeos destinados a fines ambientales) y que condicionan también, como no podía ser de otra manera, las decisiones financieras.
Actualmente, no se entiende la gestión de activos sin tener en cuenta los aspectos medioambientales, sociales o de gobierno corporativo, conocidos como ESG (Environmental, Social and Governance por sus siglas en inglés, o ASG si utilizamos el acrónimo de la terminología española). Esta “intrusión” paulatina pero imparable de todos estos aspectos no financieros en las decisiones de inversión ha obligado a los profesionales del sector a formarse para entender qué repercusiones puede tener, por ejemplo, el sistema de votación del Consejo de Dirección de una empresa o las políticas de selección de personal sobre la rentabilidad de una acción. Una prueba de ello es el crecimiento exponencial que ha experimentado el número de certificados CESGA (la certificación líder a nivel mundial en sostenibilidad otorgada por EFFAS, gestionada en España exclusivamente por el Instituto Español de Analistas) que ha pasado de 46 certificados en 2014 – el año de su lanzamiento – a más de 5.234 certificados en todo el mundo a junio de 2023 (principalmente en Europa y Asia, pero con un notable incremento en los últimos años de Norte América).
Otro aspecto que ha llegado para revolucionar la industria financiera es el desarrollo de la tecnología Blockchain. Como en el caso de la sostenibilidad, todo lo relacionado con esta nueva forma de operar afecta ya a muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, desde una nueva concepción del arte o el entretenimiento, a la forma en que podemos realizar transacciones financieras sin necesidad de un intermediario que actúe como tercero de confianza. A diferencia de otros cambios revolucionarios que se han producido en el mundo financiero, la tecnología Blockchain se ha desarrollado antes que el modelo de negocio y antes también de que la regulación fijara las reglas del juego. Es por ello que, en el momento en el que la regulación termine de definir los términos de actuación (fundamentalmente la normativa MiCA y la AML5, cualquier profesional de los mercados financieros deberá poseer los conocimientos necesarios para enfrentarse a este nuevo paradigma, pues la tecnología y el modelo de negocio ya están a disposición de cualquier usuario que quiera hacer uso de ellos.
Aunque podríamos datar el origen del Blockchain en el año 2008, no es hasta el último quinquenio cuando los activos digitales o el conjunto de servicios que podemos englobar bajo el término DeFi (Finanzas descentralizadas), empiezan a cobrar importancia. Al igual que el ‘Internet de la Información’ cambió nuestra forma de obtener y transmitir información desde los años 90, el ‘Internet del Valor’, en el que la tecnología blockchain permite compartir y gestionar activos, bienes digitales o títulos de propiedad sin la necesidad de depender de una entidad central de confianza que centralice el proceso, sin duda generará una nueva revolución de similares características y debemos estar preparados para ello.
Otro ejemplo de la necesidad de estar constantemente ‘al día’ y de la importancia que tiene la formación para seguir avanzando en nuestra carrera profesional es la velocidad con la que la Inteligencia Artificial ha irrumpido en nuestras vidas. Aunque la Inteligencia Artificial ha estado entre nosotros desde hace décadas, es a partir de 2012 cuando una red neuronal de aprendizaje profundo, que batió con diferencia a todos los demás algoritmos de reconocimiento de imágenes en el prestigioso concurso ImageNet, hizo volver los ojos del mundo hacia la Inteligencia Artificial y, desde entonces, no ha parado de generar adeptos. Pero sin duda es en el último año, con el desarrollo del Deep Learning y la IA Generativa, cuando la ‘popularidad’ de esta nueva forma de gestionar datos y procesar información ha irrumpido de lleno en nuestras vidas.
Tal y como publicó en sus redes sociales Brett Winton, Director of Research en Ark Invest, ChatGPT sólo necesitó 40 días para conseguir llegar a los 10 millones de usuarios, hazaña que Instagram logró en 355 días y fue considerado en su día como un crecimiento ‘fulgurante’.
La IA está modificando procesos y procedimientos de cualquier tipo de negocio incluyendo, como no podía ser de otra forma, el sector financiero. Cualquier toma de decisión basada en datos no se entiende ya sin que una herramienta basada en IA forme parte del proceso.
La Inteligencia Artificial no es más que una estadística moderna, capaz de analizar datos de manera rápida y precisa, de identificar patrones y tendencias que antes eran difíciles o imposibles de descubrir. Pero no sólo puede hacerlo con datos almacenados en infinitas hojas de excel, sino que también puede identificar patrones y tendencias con imágenes, sonidos o textos, algo que con la ‘estadística tradicional’ era incuestionable.
En opinión de Carlos Jaureguizar, presidente del Instituto para el Desarrollo de la Inteligencia Artificial en el Sector Financiero y Asegurador (IDIASEF) “es crucial que los equipos encargados de tomar decisiones de inversión en las instituciones financieras cuenten con una sólida formación en Inteligencia Artificial, ya que esto les proporcionará una visión de futuro y una garantía para enfocar estratégicamente sus decisiones en un mundo en el que la IA es y será durante mucho tiempo, la clave de las decisiones”.
Las cuestiones ESG, los Criptoactivos o la Inteligencia Artificial son sólo algunos ejemplos de los muchos cambios revolucionarios que están teniendo lugar en el mundo en que vivimos y que están rediseñando el paradigma actual a una velocidad de vértigo. Si queremos salir airosos tras el paso de este tsunami no hay duda de que debemos agarrarnos con fuerza a la formación.
Aprovechemos el mes de ‘la vuelta al cole’ para apuntarnos a ese curso que teníamos pendiente, sirvan esos mensajes publicitarios para recordarnos que debemos seguir aprendiendo siempre, nosotros y nuestros equipos. No dejemos nunca de ser estudiantes. Ya lo dijo Benjamín Franklin hace más de 200 años: “Invertir en conocimientos produce siempre los mejores intereses”. Desde el Instituto Español de Analistas creemos que el tiempo le ha dado la razón.